PHD. RAÚL APONTE R.1, 2
- Máster de Endodoncia. Universidad Internacional de Cataluña. Barcelona, España.
- PhD. en Ciencias de la Educación. Universidad Pedagógica Experimental Libertador UPEL. Maracay, Venezuela.
Resumen
Las infecciones odontogénicas son una de las principales causas de consulta en la práctica odontológica, estas afectan a individuos de todas las edades y son responsables de la mayoría de las prescripciones de antibióticos en el campo de la odontología . La infección de origen odontogénico es aquella que nace en el propio órgano dental o en los tejidos que lo circundan, progresando a lo largo del periodonto hasta el ápice, afectando al hueso periapical y desde esta zona se disemina a través del hueso y del periostio hacia estructuras vecinas o más lejanas,, puede presentar distintos niveles de gravedad e incluso pudiendo algunas veces ser más compleja y necesitar la valoración y atención a nivel hospitalario bajo un especialista en cirugía maxilofacial o cirujano oral.
La cavidad oral está formada por un conjunto heterogéneo de tejidos y de estructuras, lo que condiciona que no sea una región anatómica aséptica. Por el contrario, está inundado por una variada flora bacteriana, que incluye tanto bacterias aerobias y anaerobias y que se encuentra en un equilibrio activo con el huésped.
Las infecciones odontogénicas son consideradas emergencias y requieren de atención rápida por parte del odontólogo en su consulta, pero debido al complejo microbiota de los procesos infecciosos y a la gran probabilidad de complicarse, pueden constituir una verdadera emergencia médica que puede llegar a afectar la vida. Las infecciones odontogénicas abarcan una variedad de condiciones que van desde abscesos localizados hasta infecciones de cabeza y cuello en el espacio profundo, es decir diseminaciones graves, como la Angina de Ludwig, faceitis necrotizante cérvico facial y mediastinitis o bien tener una propagación a distancia pudiendo generar una embolización séptica que puede llevar por ejemplo a una trombosis del seno cavernoso .
Por este motivo es necesario realizar un correcto diagnóstico para aplicar un tratamiento farmacológico del dolor en Odontología que sea efectivo, en base a todas las herramientas disponibles (anamnesis – examen clínico – radiográfico) siendo la suma de todas estas, primordial para una correcta identificación de la patología existente y de esa manera poder realizar un tratamiento correcto.
Palabras claves: Dolor dental, tratamiento farmacológico, infección, inflamación, antibiótico, analgésico
Introducción
La fuente de infecciones odontogénicas son comúnmente bacterias nativas de la propia cavidad oral. Estas bacterias pueden actuar sobre un diente o el periodonto. Por ejemplo, en las infecciones periodontales, la pérdida de adherencia de las fibras gingivales y la destrucción del hueso alveolar, exponen a los dientes y a los tejidos a la introducción bacteriana. Las infecciones periapicales comienzan con una lesión cariosa del diente sin tratar que avanza hasta causar una necrosis pulpar, y esto ocurre cuando estos microorganismos penetran a la pulpa, logrando así invadir los tejidos periapicales., Al acceder a los tejidos periapicales, el proceso puede permanecer localizado dentro de las estructuras óseas como un quiste, granuloma u osteomielitis focal. Una segunda alternativa puede ser un proceso progresivo, a medida que la infección periapical se disemina a través del hueso cortical que involucra celulitis, y la formación de abscesos localizados en el espacio profundo 6.
Después de la inoculación de bacterias en los tejidos más profundos, puede avanzar hasta producir la celulitis, debido a la formación de un absceso sin intervención temprana. La celulitis es un trastorno agudo asociado con la inflamación cálida, difusa, dolorosa, indurada de los tejidos blandos que también puede presentar eritema. Luego la hinchazón indurada comienza a suavizarse a medida que se desarrolla, por la fluctuación del área localizada. Un absceso es una acumulación de exudado purulento que contiene tejido necrótico, bacterias y glóbulos blancos muertos. Los pacientes pueden presentarse en diferentes etapas del proceso. Las bacterias de una infección dental también tienen la capacidad de propagarse hematógenamente debido a la alta vascularización de las estructuras de cabeza y cuello, permitiendo que las infecciones presenten en sitios distantes incluyendo la órbita, el cerebro, y la columna vertebral 10, 11.
El objetivo de la intervención clínica es eliminar la fuente de infección. La erradicación se realiza por extracción dental, tratamiento del conducto radicular con eliminación previa de la caries o incisión y drenaje con intervención lo más temprano posible en el proceso infeccioso. La terapia del conducto radicular y las extracciones dentales pueden ser realizadas por un odontólogo general, sin embargo, si estos procesos se han extendido hacia tejidos más profundos del espacio facial asociado de la infección, podrían llevar a la decisión de remitir al paciente a un especialista (Cirujano bucal o maxilofacial, Periodoncista y/o Endodoncista) para el manejo de la infección o incluso requerir intervención médica. Los pacientes que presenten infecciones de los espacios faciales secundarios deben ser remitidos inmediatamente, debido a las secuelas de las posibles complicaciones de un tratamiento inadecuado, el avance de la infección a otros espacios faciales, la necesidad de enfoques extraorales y la posibilidad de un tratamiento quirúrgico o no quirúrgico de las vías respiratorias.
Tratamiento Farmacológico de las Infecciones Odontogénicas
Los antibióticos como tratamiento coadyuvante al procedimiento clínico odontológico están indicados cuando el riesgo de diseminación de las bacterias a nivel regional, a distancia o sistémica sea significativo (celulitis, flemón, adenopatías regionales, inflamación difusa con afectación del estado general y fiebre) o en pacientes inmunodeprimidos.
Las infecciones odontogénicas se caracterizan por estar causadas por una combinación de bacterias aeróbicas y anaeróbicas. Por eso se consideran infecciones mixtas. Las especies de estreptomicetos suelen ser responsables de la celulitis y los abscesos orofaciales. Las bacterias aeróbicas, incluidas las especies del grupo Estreptococos viridans, Estreptococos milleri, los estreptococos betahemolíticos y los estafilococos coagulasa negativos, se han cultivado a partir de infecciones odontogénicas. Dentro del grupo Estreptococos milleri, los miembros Estreptococos anginosus, Estreptococos intermedius y Estreptococos constellatus se asocian más a menudo con la celulitis. Las bacterias anaeróbicas suelen aislarse de sitios con formación de abscesos crónicos. Entre esos patógenos figuran el Peptostreptococcus, la Prevotella, las Porfiromonas, el Fusobacterium, los Bacteroides y la Eikenella 10.,,, Los microorganismos más comunes aislados de las infecciones odontogénicas han sido constantes a lo largo de los años 10.

Los estudios han demostrado que ha habido un cambio en la susceptibilidad a los antibióticos de los organismos aislados. Aunque muchos estreptococos siguen siendo sensibles a la penicilina 10, 15, especialmente los que prevalecen durante los tres primeros días de síntomas clínicos, los anaerobios obligados gram-negativos, presentes abundantemente después de tres días, están produciendo cepas resistentes a la penicilina. También se ha observado que hay un aumento de los aerobios y anaerobios resistentes a los regímenes de clindamicina 10, lo que complica las recomendaciones sobre la terapéutica de las infecciones orofaciales; sin embargo, los antibióticos empíricos utilizados tradicionalmente son excelentes opciones si el cultivo y las pruebas de sensibilidad no se realizan en el momento de la cirugía o antes de ella. No obstante, los profesionales no deben olvidar los organismos potencialmente resistentes a los antibióticos empíricos 6.