Eduardo Anitua DDS, MD, PhD1,2,3
- Private practice in oral implantology, Eduardo Anitua Foundation, Vitoria, Spain.
- Clinical researcher, Eduardo Anitua Foundation, Vitoria, Spain.
- University Institute for Regenerative Medicine and Oral Implantology – UIRMI (UPV/EHU-Fundación Eduardo Anitua), Vitoria, Spain.
Resumen
La resolución de casos en pacientes edéntulos de larga evolución data en la clínica dental es un reto cada vez mayor al que nos enfrentamos con relativa frecuencia. La pérdida de los dientes conlleva a una atrofia que es más marcada con el pasar de los años y esto va de la mano con la pérdida progresiva de los dientes. Para ello, se han desarrollado diferentes técnicas quirúrgicas para el abordaje de maxilar y mandíbula enfocadas en el tratamiento de casos complejos para poder tratar de forma satisfactoria situaciones extremas de forma favorable. En el presente artículo se muestra un cuadro de atrofia maxilar y mandibular severa, en el que se han empleado diferentes técnicas quirúrgicas con un mismo fin claro y preciso como la resolución de un caso complejo.
Palabras clave: Atrofia, técnicas quirúrgicas, regeneración ósea, maxilar, mandíbula.
Introducción
La esperanza de vida es cada vez mayor en los pacientes que acuden a la consulta odontológica1, 2. Este hecho unido a que existen pacientes que han perdido sus dientes mucho tiempo atrás y han sufrido reabsorción extrema del hueso tanto en maxilar como en mandíbula, se enfrentan en ocasiones, a casos muy severos donde el paciente tiene la expectativa de poder optar a rehabilitaciones implantológicas fijas para mejorar su estética y su función3.
En lo referente al maxilar superior, la pérdida de los dientes antrales, produce una neumatización del seno maxilar ocupándose progresivamente el espacio correspondiente a las raíces dentales llegando a generarse en algunos casos, atrofias completas trayendo como resultado de la cicatrización del alveolo dental, una altura ósea residual de 1-2 mm4. Esta atrofia y neumatización, también se puede ver en la pre-maxila, a nivel de las fosas nasales, aunque por lo general suele ser más lenta que en las zonas posteriores del maxilar, debido principalmente a la calidad y densidad del hueso que es muy diferente entre ambas zonas anatómicas5.
En la mandíbula, cuando se pierden los dientes, en los sectores posteriores sufren una atrofia en altura y anchura que deja el nervio dentario más superficial, siendo una limitación anatómica comparable al seno maxilar en el arco superior, pero con un abordaje algo más complejo6. La zona interforaminal, al igual que ocurre en la premaxila, también suele reabsorberse de forma más lenta y presenta menos limitaciones anatómicas, por lo que es un área donde podemos en muchas ocasiones insertar implantes en casos con extrema reabsorción7.
Hoy en día, por los factores anteriormente mencionados, existen pacientes con atrofias muy extremas en sentido vertical y horizontal, tanto en maxilar superior como en la mandíbula y precisan de múltiples técnicas para resolver la situación inicial y poder llegar a ofrecerles un tratamiento con implantes dentales tal como demandan muchos de ellos. El conocimiento y manejo de las diferentes técnicas para la atrofia ósea, así como las indicaciones de cada una de ellas es primordial a la hora de abordar este tipo de casos8-11. Cada técnica debe realizarse cuando se cumplen los criterios para ella y por profesionales que la dominen8-11. Si estos puntos confluyen, el resultado a obtener, incluso en estos casos de máxima complejidad puede ser excelente, devolviendo al paciente la estética y función buscada. En el siguiente caso clínico se muestra un caso de gran complejidad, resuelto mediante la implementación de diferentes técnicas quirúrgicas y rehabilitadoras, siendo el resultado estable a largo plazo en el seguimiento.
Desarrollo del Caso clínico
Se presenta el caso de una paciente femenina de 68 años, portadora de prótesis removible completa durante más de 15 años y de prótesis parcial removible durante el mismo período de tiempo. La prótesis removible inferior ha sufrido varios arreglos para añadir las piezas dentales que se han ido perdiendo a lo largo del tiempo y actualmente se encuentra totalmente desajustada, tanto en retención como en función y el plano oclusal inferior se encuentra deteriorado por la presencia de los tres dientes remanentes que se han extruido por completo. (figuras 1- 4)
La radiografía inicial nos pone en antecedentes de lo que vamos a encontrar al examinar detenidamente el volumen óseo residual para la inserción de los implantes. En ella se puede apreciar la atrofia severa del maxilar superior y de la mandíbula, conservando algo más de altura ósea en la zona de los dientes remanentes (figura 5). En los cortes del TAC de planificación podemos observar que existe hueso remanente en la zona interforaminal para insertar 4 implantes (figuras 6 y 7) y en el maxilar superior no existe volumen óseo suficiente ni en ancho ni alto, para colocar los implantes. (figuras 8 y 9). En varias zonas se observa además la ausencia de la tabla vestibular por lo que la indicación clara es la colocación de injertos en bloque de rama mandibular para las zonas anteriores y la elevación de seno por abordaje lateral para las zonas posteriores.