OD. DANIEL A. BENAIM P.1, OD. LIONAR A. COLMENARES P.1, OD. ANTONIO QUINTELA2

  1. Especialista en Cirugía Bucomaxilofacial. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela.
  2. Especialista en Cirugía Bucomaxilofacial.

RESUMEN

El trauma en el tercio medio de la cara puede traducirse en Fracturas del complejo Nasoorbitoetmoidal (NOE). Este complejo consiste en la unión de los huesos propios nasales, órbita, maxilar y el cráneo.   Debido a la complejidad en su ubicación, el diagnóstico y tratamiento representan un reto. El entendimiento con respecto a la mecánica y fisiopatología de las fracturas NOE son la clave el manejo exitoso de este tipo de lesiones.   Cuando no existe un manejo inicial adecuado, esto puede traducirse en pobres resultados estéticos y funcionales representados por: disminución de las fisuras palpebrales, enoftalmo, diplopía, distopía, y deformidad nasal en silla de montar; que son casi imposibles de tratar de manera secundaria.

PALABRAS CLAVES: Fracturas Nasoorbitoetmoidales, Fracturas NOE, Trauma Facial, Conducto nasolagrimal, Epífora.

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INTRODUCCIÓN

Las lesiones del complejo nasoorbitoetmoidal (NOE) constituyen un reto en cuanto a su diagnóstico y tratamiento en la reconstrucción  del esqueleto maxilofacial después de un trauma. El aparato lagrimal, el ligamento cantal medial, la arteria etmoidal anterior están ubicadas en esta región siendo elementos anatómicos claves, que deben evaluarse al  momento de la atención primaria.

El diagnóstico de estas lesiones está basado en el examen físico previo; corroborando los hallazgos mediante la tomografía computarizada.   Es importante determinar los signos y síntomas que representan a las fracturas NOE, así como también poder reconocer que las mismas pueden presentarse de manera aislada o en conjunto con otros tipos de fracturas.

Se reporta que el 60% de las fracturas NOE vienen acompañadas de fracturas orbitocigomáticas o son concomitantes de fracturas panfaciales en un 20% (1).

ANATOMÍA:

La región nasoorbitoetmoidal está formada por la confluencia de muchas estructuras óseas del tercio superior esqueletal facial, tercio medio, cráneo, zona nasal y orbitaria. El entendimiento  de las estructuras que lo conforman es la clave para el tratamiento exitoso de este tipo de lesiones.

ESTRUCTURAS ÓSEAS:

El complejo nasoorbitoetmoidal está constituido por los huesos propios nasales, el proceso frontal del maxilar, el proceso nasal del hueso frontal, el hueso lagrimal, la lámina papirácea del etmoides y el septum nasal lo cual separa la cavidades nasales y orbitarias de la cavidad craneal (9,10).  La pared medial de la órbita está conformada por el hueso lagrimal y la lámina papirácea del etmoides (9).

LIGAMENTO CANTAL MEDIAL:

Se inserta en el proceso frontal del maxilar mediante dos tendones que rodean la fosa lacrimal.   Este es el componente central del complejo NOE que se encuentra delimitado posteriormente por el hueso lagrimal, anteriormente por los huesos propios nasales y la apertura piriforme, cranealmente por el hueso frontal, inferiormente por el maxilar, medialmente por las celdillas etmoidales, lateralmente por la órbita y su contenido.

CONDUCTO NASOLAGRIMAL:

Se dirige hacia abajo, atrás y medialmente. Pasa entre la apófisis frontal del maxilar por delante y lateralmente, y el hueso lagrimal y el cornete nasal inferior atrás y medialmente. Se abre en el meato inferior de las cavidades nasales, después de un corto trayecto submucoso que puede adoptar el aspecto de una válvula (pliegue lagrimal, válvula de Hasner) (11).

Pilares facialesPILARES FACIALES:

Horizontalmente la región nasoorbitoetmoidal ocupa tanto la zona superior como la inferior que involucra el hueso frontal el rim supra e infraorbitario. Por otra parte los pilares verticales estarán representados por la pared medial del proceso frontal y los procesos ascendentes del maxilar (10,12)

VASCULARIDAD:

El aporte vascular del tercio medio facial y la región nasal  proviene de ramas que surgen tanto de la arteria carótida interna como la externa, específicamente la arterias etmoidales anteriores y posteriores provienen de la carótida interna, por su parte la arteria maxilar de la carótida externa  cuyas ramas colaterales brindan un aporte sanguíneo importante (6).

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